14 de marzo de 2013

Capitulo 17: 6 de Julio de 1999.

Perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón ;________; Ya no sé ni cómo disculparme, pero por fin aquí está la conti. Ya sé que deja mucho que desear pero es que ;_____; No puedo, no me sale y y ;_; Perdón.... De verdad que odio no cumplir mis promesas, lo siento de veras.

Capitulo 17: 6 de Julio de 1999.

Recordar. Aquello de lo que había estado huyendo durante tanto tiempo. Especialmente aquel día.

-Aquel día… Podría haber sido un día cualquiera. Podría haberme levantado, haberme escondido de mi tío para no ir al colegio, o simplemente para que no me propinara alguna de sus palizas matutinas, culpabilizandome de su resaca, su falta de dinero por sus deudas o cualquier otra cosa. ¿Qué más daba? Dejarme un ojo morado y una buena marca parecía tranquilizarle. Ahora ya no importa.  –miré fijamente a sus ojos, dirigiendo pocos segundos después mis ojos hacia mi muñeca izquierda, sin poder evitar que poco a poco los recuerdos fueran invadiendo mi cabeza, sumiéndome en la oscuridad de la nostalgia y la culpa.- Ódiame. –Sonreí de lado- Jamás superarás la intensidad de rencor que yo mismo guardo hacia mí, así que simplemente no me importa en lo más mínimo. –Suspiré. No era cierto. Nada era cierto. No importar, huir, estar solo. ¿Durante cuánto tiempo más podría aguantarlo? ¿Durante cuánto tiempo más iba a soportar levantarme cada día sin una razón para hacerlo? – De todos modos si quieres saber lo que pasó te lo explicaré con simpleza~ Supongo que conoces a la familia de Mika, ¿vedad? –le miré fijamente de nuevo. Parecía conmocionado, como si todo aquel tiempo que había estado dedicando, años, a prepararse para este momento no se desvaneciera en cuestión de segundos. Estaba perdido.

-S-sí… Lo leí en los informes. Mika sólo tenía a su padre y a su madrastra, ¿y qué?
-No era su padre. Era un capullo baboso al que le iba la poligamia y las mujeres fáciles de pagar. Otro estúpido malnacido que debió pensarselo mejor antes de hacerse cargo de un niño. Pero la indemnización económica por viudez cuando tienes a un hijo tan pequeño es bastante más generosa. – Enmudeció. Vi como giraba la mirada, como si un alo de frustración y rabia recorriera todo su cuerpo hasta desprenderse y crear una nube de energía alrededor. Probablemente aquella era otra de las cosas que Mika debió ocultarle, pero yo lo entendía. Lo entendía mejor que nadie… Cuando tu familia no es algo por lo que estar orgulloso, lo último que quieres es que alguien se de cuenta de ello.  – Supongo que ahora entenderás por qué no puso ninguna denuncia. Alguien se deshizo de su estorbo, a nadie le importaba de todos modos lo que le sucediera al chico así que, ¿por qué no evitar caros juicios, propaganda mal hecha y trabajo a la policía federal? De todos modos el asesino huyó del país y

-¡El asesino no fue a ningún lado! ¡Y la prueba de ello es que te tengo delante! – Sin previo aviso aquellas palabras atravesaron mi pecho como estacas de hielo. Ya lo había escuchado antes pero esta vez tenía la guardia demasiado baja. Apreté los labios con fuerza, desviando la mirada-

-Supongo que tienes razón… Yo maté a Mika. Yo fui el causante de su muerte. –Paré durante unos segundos tratando de deshacer el nudo que tenía atada a mi garganta. Me cabreé. Podía repetirme dos mil cuatro-cientas veces al día que era fuerte, que nada podría conmigo, podía hacerlo durante años… Pero eso no hacía que fuera más cierto. – Sin embargo… Yo no fui quien le clavó ese cuchillo… -No tuve el valor de mirar a su rostro en ese instante, pero un escalofrío recorrió mi espalda al sentir como su mirada se clavaba en mi nuca de forma instantánea. Confusa, llena de ira, perdida…. – De hecho ese cuchillo iba dirigido a mí~ Mika sólo estuvo en el momento adecuado, en el lugar adecuado… Para salvarme la vida una vez más. –sentí mis manos temblar por lo que las alcé, confuso,  observándolas, y entonces me di cuenta de que no podría ver con claridad. Tal vez de nuevo una bajada de tensión o quizás sólo de azúcar. Eso pensé, antes de ver caer aquellas estúpidas gotas de agua de nuevo. Entonces pude ver con claridad de nuevo, pero mis manos eran mucho más pequeñas de lo que esperaba, y al fondo, como una melodía traída por el viendo podía escuchar tu voz… Entonces cerré los ojos y ahí estabas. Mika… Podía sentir cómo los latidos de mi corazón se ralentizaban, como el mundo de mi alrededor se fundía con el oscuro silencio de mi mente y sólo podía vernos a los dos, jugando en el viejo puente, como siempre solíamos hacer. Pero de pronto todo se desvaneció, abrí los ojos y dirigí la mirada hacía aquello que ahora estiraba de mi brazo y que sin esperarlo me había sacado de mi mundo. Segundos después sentí el dolor y la sangre recorrer mi labio y tras éste mi mentón, dispuesto a resbalar por mi rostro hasta dar con el suelo. Aquel golpe me despertó de todo y no sólo eso, me despertó del letargo en el que había estado sumido. Mika ya no estaba. Ya no. Por más que quisiera huir de la realidad, la realidad volvía cada día y llamaba a mi puerta hasta que finalmente, sin darme cuenta yo se la abrí… Y lo hice por él. Miré al chico que tenía delante, jamás pensé que podría comprender la mezcla de sentimientos que expresaban sus ojos pero en el fondo de mi corazón sí lo hacía. Así es como yo me sentía con la diferencia de que yo tenía a quien culpar porque me quitaran a la persona a la que más quería y a él, yo se la estaba arrebatando, su justicia, su venganza, la verdad en la que había creído. Yo no era el único que debía enfrentarse a la verdad.

-Mientes…-susurró de forma casi inaudible antes restregarse la manga de su chaqueta por los ojos con desesperación - ¡MIENTES!...

….

No encontré las palabras. No supe reaccionar. Ahora entiendo muchas de las cosas que antes no podía comprender. Sin embargo hace ya dos semanas que desapareció y Mika… Aunque te lo prometí, ¿cómo voy a cuidar de alguien a quién ni siquiera puedo encontrar?

Continuará…