19 de abril de 2013

Mi vida sin ti... Capítulo 18: Sonrisa de Payaso.


Capitulo 18: Sonrisa de Payaso.

¿Cuándo fue? No lo recuerdo. ¿Cuándo fue la última vez que sentí esta sensación?
Si le pregunto a mi cerebro me responde que hace años. Utiliza el lóbulo temporal que se ocupa de guardar cada segundo de mi vida y me transporta a un tiempo en que sólo tú y yo podíamos existir. Si le pregunto a mi cabeza sé la respuesta que obtendré puesto que me ha llevado años forzar el muro que la protege. Ese muro inquebrantable que nadie podía atravesar, tras el cual el tiempo había quedado paralizado en el mismo instante en que te perdí. Sí, esa es la respuesta que trato de mantener viva. Sin embargo sigue pasando el tiempo, y como me pediste trato de buscar al idiota al que una vez llamaste amigo. O quizá no. Quizá no trato de cumplir tu promesa. Quizá soy más egoísta que eso. ¿Qué pensarías tú, Mika?  ¿Cuáles serian tus palabras de estar aquí?
Tal vez tú te desharías de la venda de mis ojos y me harías alguien capaz de volver a ser sincero. Sinceridad... Cobardía. ¿Cuál de las dos ocupa más lugar en mí? Tal vez haya una lucha al 50%. No lo sé, no me importa. Pero sí hay algo que me hace sentir inquieto y que no me deja descansar por las noches, ¿cuál de esas dos partes es la que me empuja a seguir buscando? ¿Será la cobardía? Ella podría hacerme mover mis pies como lo he hecho hasta ahora; sin necesidad de sentir más allá de lo necesario, sin necesidad de un alma que mueva el cuerpo cual robot a los servicios de una mente programada para huir del mundo que le rodea. ¿Es eso? Me pregunto si será eso. Sin embargo una parte de mí se encoge al pensar en estos últimos meses. Una parte de mí no consigue encontrar la lógica a este juego.
Esa persona a la que busco por encargo tuyo me odia. Desde el fondo de su corazón me odia. Y a pesar de eso me llevó a aquel lugar y me contó su historia. ¿Puede alguien ser tan frío y calculador? ¿Puede alguien que ha venido hasta aquí sólo para vengarte ser ese tipo de personas? Ye entonces la presión sube hasta mi pecho, y mi estómago comienza a retorcerse. ¿Por qué me importa tanto saberlo? ¿Por qué siento ganas de encontrarle? ¿Por qué necesito una explicación?
Tal vez porque si le pregunto a mi corazón y la sinceridad vence aún con un 51% mi muro será destruido  Tal vez porque sin darme cuenta ese pequeño idiota que ha venido a vengarse de mí a odiarme, ha estado abriendo pequeñas brechas en él, dejando que entrara la luz más allá de las paredes, trayendo los minutos, los segundos y las horas de nuevo hasta más allá de mi coraza. Tal vez porque si le pregunto a mi corazón me responda que la última vez que sentí felicidad fue el día en que vi sonreír por primera vez al estúpido novato cabezota que aguantó todos los golpes que el mundo le echara encima por mantener una conversación conmigo.
Si por una vez dejo vencer a mi corazón ante mi mente sé que seré herido de nuevo. Me pregunto, Mika, si vale la pena.

***

Suspiré con desdén, mirando hacia el amplio y sinfín cielo azul que cubría todo cuando llenaba mi vista. Un mes desde que desaparecí. Un mes sin dar señales de vida. Miré mis manos durante unos segundos. Seguí allí. ¿Cuán fuerte había golpeado a ese idiota como para todavía tener la marca?

-¿Una pelea? Debe doler~ -Giré la vista de inmediato. No sabía quién era, no me importaba. Ni siquiera presté atención alguna a su rostro, sería mejor ignorarlo. Sí, definitivamente eso es lo que haría.

-No demasiado. - Abrí los ojos en demasía. ¡¿Por qué había contestado?! Su boca le había traicionado, ahora había iniciado una molesta conversación que no venía a cuento con un extraño al que no conocía de nada. Suspiré molesto. De todos modos no la dejaría ir muy lejos.

-Me refería al sentimiento de culpa que se te está clavando dentro. -giré la vista de nuevo. ¿Quién era esa persona? No la había visto antes, estaba seguro de ello, no obstante... Tenía un aire tan familiar. Quizá por eso no había podido ignorarle. Fruncí el ceño confuso y molesto y me dispuse a abrir la boca para contestar con una clara y rotunda negación que zanjara el tema, pero ni siquiera me dio tiempo a hacer llegar el aire hasta mis cuerdas vocales.- No importa cuentas veces me lo niegues. Te creeré, pero tú no lo harás. No vas a creerte a ti mismo por más que pase el tiempo y lo niegues 100 veces cada día~ -Cerré de apoco la boca, ahora un poco más molesto que antes, incluso frustrado por sus palabras.

-¿Qué sabes tú de mí? Si te aburres ve a comprarte un cerebro.

-¿Ah~? ¿Pero qué tipo de respuesta es esa? Mh~ No tienes cara de tener ese mal carácter, ¿por qué no eres sincero contigo mismo? Tú cara es un poema, sólo se necesita un buen juglar que lo recite para comprenderlo. Y por cierto, ¿no lo sabes? Los buenos cerebros no abundan por aquí, tal vez si tratas de encontrar uno en Marte...

Solté una pequeña risa que salió sin esperarlo de mi boca. Ni siquiera me di cuenta de ello en el momento. De algún modo mi cuerpo estaba cansado. Cansado de fingir, cansado de ser serio y estar tenso, cansado de llevar peso. Todo yo estaba agotado... Agotado de estar enfadado con el mundo.- ¿Has estudiado para payaso o tu chispa venía de serie? - vi su sonrisa asomarse por su comisura derecha, gesto tras el cual vino a sentarse junto a mí.

-Bueno, algunos me llaman idiota~ Otros payaso, otros tío bueno, y otros Hikaru. Aunque según pasan los años empiezo a preferir ese último nombre. Entre tú y yo -se acercó a mi oreja pero sin bajar el tono de voz simple y enérgico en que se dirigía a mí- Es el que mejor me queda -se apartó despacio, mirándome con extraña y envidiable satisfacción.

-Ya... Hikaru, ¿eh? Se diría que vives en el mundo de la felicidad. Probablemente tu vida sea muy fácil, pero déjame que te cuente una cosa -lo miré a los ojos- el mundo real o das o te dan. Así que deberías empezar a prepararte para recibir unas cuentas.

Me miró durante unos segundos. Aquella persona no dejaba de sonreír. Me pregunto por qué lo haría. Por qué mantener aquella enigmática sonrisa cínica. Miró ahora al frente e inspiró. - Vida fácil, vida difícil... ¿Qué las diferencia? Piensa en ello. ¿No existen cientos de perspectivas para cada mínima cosa? En el mundo en el que vivimos la vida fácil -me miró de forma penetrante y hasta escalofriante durante varios segundos seguidos, dejándome inmóvil- ¿qué es lo fácil? ¿qué es lo bueno y qué lo malo?
¿Tienes tú la respuesta?

Me quedé perplejo durante varios segundos. ¿Qué...? ¿Qué tipo de pregunta era esa y, a qué venia? Todo aquello no estaba haciendo más que confundirme. Ya no sabía ni la razón por la que estaba hablando con aquel tipo ni el momento en el que habían llegado a aquella parte de la conversación. Pero de nuevo él sonrió. Apacible mente, con calma.

- La persona que recibió el golpe. -miró nuevamente hacia el cielo- Probablemente creas que lo mereció ¿no es cierto? Probablemente creas que es la culpable de tu dolor. Probablemente te hizo ver más allá de tus narices, al mundo real, a la verdad escondida dentro de ti. ¿Es así~? Cuando algo nos duele es porque algo guardamos en nuestro alma. Cuando algo nos irrita es porque las personas servimos de reflejo de nosotros mismos. Cuando una herida no sana -miró mi mano- es porque nuestro corazón no quiere que olvidemos que debemos perdonar aquello que lo causó. -se revolvió los cabellos. Un pelo color ceniza raramente visto y realmente curioso. Me habría gustado saber si tenía alguna razón de ser, pero probablemente nunca llegaría a tener consciencia de ello.- Dime una cosa. ¿Dañar a esa persona te hizo sentir mejor? ¿Más aliviado o satisfecho, tal vez?

-... -Mantuve el silencio. No sabía o, más bien, no quería tener la respuesta a esa pregunta.

-Bien, y sin embargo, antes de eso, en alguno de tus recuerdos con esa persona, ¿alguna vez te sentiste así?

- Qué idiotez, claro que...no...-bajé la voz con lentitud. Sin ser consciente de ello mi mente volvía a traicionarme. Todos los recuerdos de los últimos meses y todos los recuerdos de tantos años atrás se mezclaban en un confuso mar de dudas que invadía mi mente. No quería verlo. No quería saberlo. No quería reconocerlo. No podía... Pero debía admitir que si en algún momento su fingida sonrisa pudo traicionarle para hacer uso de sus verdaderos sentimientos, tuvo lugar en los momentos que había pasado con aquel pelinegro alto, aletargado que con sus estúpidos gestos particulares había conseguido hacerle sentir calidez en su interior. Mil veces ser había encargado de cubrirla con su ira de nuevo para mantener su cabeza fría pero ¿y ahora? Después de todo él no era el verdadero culpable y ya lo sabía... En los informes pudo ver pruebas de ello pero se negó a atender a la realidad, quería un culpable, quería que le devolvieran a Mika porque... Sabía que en realidad se lo habían arrebatado mucho antes de que muriera por más que quisiera negárselo a sí mismo. El payaso tenía razón. Durante todo este tiempo lo había sabido. Sabía la verdad en su interior y no había querido verla por puro egoísmo y rencor. Tenía razón. En este mundo ¿quién decide quién es o no el culpable? Ahora lo entendía. Nosotros. Nosotros decidimos absolutamente todo.

Alcé la vista para observar al muchacho que ahora ya se encontraba en pie y antes de darme cuenta su sonrisa se había desvanecido, dejando la mirada que antes parecía estar acorde con su sonrisa ahora ser compañera de su expresión de soledad. Una mirada que no había cambiado ni un ápice y que pasara lo que pasara escondía los sentimientos, fueran los que fueran que habían tras ella. Me levanté y me acerqué hasta él.- Arioka. Arioka Daiki. Y entre tú y yo... A mí el mío me queda mejor. -sonreí por primera vez desde hacía mucho tiempo con sincera satisfacción y ante su sonrisa ladina retomé mi camino. Esta vez no pensaba huir. ¿Qué haría? Quién sabe, pero una cosa sí sabía. Sabía dónde iba..

Continuará…


Hola a todos >< Perdón por tardar tanto siempre y por hacer esperar, es que las cosas no me son muy fáciles y :/ Pero bueno, seguiré intentando ir subiendo sin que pase un año por medio. Ya casi puedo seguir con mis otros dos fics aún sueltos. Ah~ tengo tantas cosas que contar aún ;_; 
En especial este capítulo ya cerca del final quería dedicarselo a unas personas. Primero a mi queridísima esposa Mabel a la que adoro y que me sigue siempre hasta el fin del mundo(? Ok no ;3; Pero sí ha estado ahí cuando la necesito y para mí es muy especial mi esposa -3-<3
A continuación no puedo dejar de nombrar a Ariaddne krv, gracias a la insistencia de la cual no me rindo -w-<3 
Y también quería agradecer a Erza Dragneel todos sus comentarios. Tenemos por regla constestar pero si apenas podemos hacer contis podéis imaginar para lo demás D: Pero estamos realmente agradecidas, de veras ¡es genial cuando tus sentimientos llegan a alguien a través de algo que haces! Así que en general agradezco de corazón a toda la gente que sigue leyendo mis fics a pesar de la tardanza. Muchas gracias, espero no decepcionaros~ 
Ah, perdón, casi lo olvido D: Este capítulo es un poco desconcertante lo sé, pero he intentado que se viera la diferencia. Para quienes no lo hayáis notado la cosa es que la primera parte es narrada por Inoo y la segunda por Daiki.