2 de diciembre de 2011

Uso no Oniisan



-¡Estoy de vuelta Yuto! Ryu ha venido conmigo~ –entró por la puerta sin prestar demasiada atención a como la cerraba y se dirigió directamente a la cocina dejando la mochila en un sillón, que le pillaba de paso – Y tengo hambre, ¿qué has preparado hoy?

-Está en el microondas. – Un joven castaño, tranquilo y aparentemente adulto a pesar de tener la misma edad que el chico al cual se dirigía respondió en su tono serio de siempre desde el sofá en que se encontraba sentado.

-Está bien, pero comerás con nosotros, ¿no? – el pequeño dejó el plato sobre la mesa, y se apoyó con ambas manos sobre esta esperando su respuesta con aquella sonrisa insistente que le caracterizaba en la cara.

El mayor viró para mirarle unos segundos y asintió levemente para saludar al invitado – No, yo comeré después, comed vosotros. – se levantó del sillón en el que estaba, recogió los auriculares de su mp3 y se movió a paso lento hacia las escaleras, dispuesto a subirlas.

Chinen suspiró levemente y dejó que su sonrisa se esfumara por completo, como era de costumbre. No había cosa que más le frustrara que aquel carácter indiferente por parte de Yuto. Por más que se esforzara en ofrecerle una sonrisa, en mostrarse animado o buscar momentos en los que hablar, de algún modo u otro siempre acababa encontrando la forma de evitarlo.

-¿Crees que esta molesto porque no avisamos de que venía? – Ryu, mientras tanto, se había encargado de preparar el resto de la mesa y poner la comida a calentar.

-No, nada que ver. – negó despacio con la cabeza, volviendo a suspirar a la vez que ayudaba a llevar algo para beber y se sentaba en una silla – es solo que todavía me odia.

El pequeño dejó escapar una risita ante su respuesta y llevó el plato ya caliente a la mesa – Estamos en las de siempre… ¿Y por qué alguien que te odia iba a acogerte en su casa sin pedirte explicaciones? Yo hubiera necesitado una buena.

-Quién sabe… Quizá porque me tuvo pena… O quizá por nuestro “parentesco familiar” – se llevó el primer bocado a la boca, saboreando y disfrutando de la comida. Realmente estaba muerto de hambre.

-Puede que simplemente sea reservado. Después de todo sois algo así como primos…

-¡Yuto no es mi primo! – Interrumpió rápidamente su frase – Se supone que es mi hermano…

-Mh~ bueno si tú lo dices…- acercó una cucharada de su plato, soplando brevemente para luego llevársela a la boca. Acto seguido una expresión de total felicidad invadió su cara – Sugooiii~ ¡Tu hermano sigue cocinando estupendamente!

-Lo sé – sonrió satisfecho comiendo de su plato – Yuto es capaz de hacer muchas cosas bien.

- Sí, ya lo veo… Y, ¿no has vuelto a hablar con él?

Chinen negó suavemente acabando rápidamente con la comida que quedaba –Para nada, las pocas conversaciones que tenemos, son como la de hoy. Él siempre está muy ocupado con sus cosas.

-Entiendo. ¿Crees que tiene algo que ver con lo que ocurrió?

El contrario tan sólo se encogió de hombros. –Tal vez me culpe por ello.

-¿Tu crees? De eso hace mucho, teníais unos 5 años ¿no?, además que tus padres sufrieran un accidente no significa que por eso los suyos también tuvieran que tenerlo…

-MMhh ¿y si estoy gafado? Puede que si no le hubieramos adoptado en mi casa, no les hubiera pasado nada y hubieran aparecido sanos y salvos.

-¡Anda ya! Deja de decir chorradas… ¿Qué diría Yuto si te oyera? Además, los suyos desaparecieron antes de que a los tuyos les pasara nada, por algo se quedó en tu casa hasta ser mayor de edad. Que hace poco descubrierais que habían desaparecido por algo como eso… No tiene nada que ver contigo. Un accidente es un accidente, punto. ¿Hay alguna otra razón por la que pueda estar molesto contigo?

-No lo sé, para eso primero tendría que hablar conmigo… - respondió con simpleza, tomando la conversación por partes. Entonces miró hacia algún punto de la cocina perdido un poco en sus pensamientos y luego dirigió la mirada al plato del menor – Oye, Ryu, ¡termina ya! Que nos vas a dar las uvas.

-Bueno, bueno, ya voy, no es mi culpa que tú seas tan rápido.

-Menos quejas y más comer, a ver di aaaah~ - se acercó rápidamente para cogerle la mano con la cuchara llena y hacer que llegara antes a su destino – Muy bien, listo, ¿subimos a mi cuarto?

-Primero deja… Que intente tragar y luego… Si quieres te acompaño – Ryutaro tosió un par de veces mientras tragaba y bebía un par de sorbos de agua para hacer pasar mejor el arroz – Okay pesado, vamos… ¿Por qué tienes tanta prisa?

-Por nada en especial.- Rió entre dientes levantándose y en un visto y no visto recogió todo lo de la mesa dejando solo un plato tapado en el microondas y le hizo un gesto a su amigo con la cabeza para que le siguiera escaleras arriba. Ryutaro entre desconcertado y divertido le siguió pero sin tantas prisas, a su ritmo, lo suficientemente despacio para llegar unos segundos después que Chinen al final de las escaleras y verlo sonreír algo nervioso ante la puerta de su habitación.

Se quedó mirándolo unos segundos aún sorprendido y divertido -¿No piensas entrar? – observó que Chinen daba un salto sobre sí, como si se hubiera asustado repentinamente, y se dispuso a abrir la puerta disimuladamente. El menor le siguió hasta llegar a la altura del marco y Chinen pasó directamente buscando algo por todos lados – ¿Se puede saber que te pasa? – Ryutaro no pudo más y se echó a reír al verle en aquel extraño desespero, pero pronto terminó y la cara ilusionada de Chinen se apagó poco a poco dejándola en una desganada sonrisa.

-No pasa nada… Se ha olvidado – volvió a sonreír y se sentó en la cama – es que ahora se me han pasado las ganas de estar aquí… ¿Y si nos vamos?

-¿Ahora te quieres ir? ¿Y a dónde vamos? – ahora si que estaba desconcertado.

-Pues no sé… A cualquier lugar donde podamos pasar la tarde… Mmh vamos a los recreativos. – corrió, casi se diría que voló, hasta donde se encontraba su amigo y le agarró de la muñeca para llevarle, de nuevo, escaleras abajo.

-¡Vale, tranquilo! Ya vamos –rió sin llegar a comprender nada.



-Bueno, nos vemos. – Ryutaro se despidió con la mano y una sonrisa todavía duradera de todas las risas anteriores. Había sido una tarde de lo más completa.

-Bye~ Procura no llegar tarde esta vez, ¡tardón! – le sacó la lengua comenzando a andar hacia la puerta de su casa cuando un grito le sorprendió a lo lejos.

-¡Ah! ¡Chinen!... ¡Feliz cumpleaños! Hasta mañana. – Volvió a alzar el brazo despidiéndose, una vez cumplida su felicitación, y dio media vuelta para marcharse. Chinen sólo sonrió y entró a su casa arrastrando los pies. Se encontraba realmente cansado.

Pasó por la cocina sin decir ni una palabra. La casa se encontraba en tal paz y tranquilidad, que romper la armonía de aquel silencio era casi un pecado. Pasó echando un rápido vistazo a la cocina. Ahí seguía su plato, junto a otro, que seguramente era la cena que el mayor le había dejado preparada – Como siempre… Un solo plato~ - apagó las luces de la cocina y el comedor y subió directamente a su cuarto masajeándose el cuello con la mano y entrecerrando los ojos a la par. Una vez arriba abrió despacio la puerta para luego dar unos pasos hacia su interior. Se quedó en su posición unos segundos para poder estirarse y se dirigió hacia la cama sin mucho ánimo quedándose helado de repente ante ésta. Su cara esbozó una enorme sonrisa ilusionada al instante y poco a poco anduvo hasta llegar a la altura de aquella pequeña cajita que cada año encontraba en su cuarto el mismo día.

La abrió con delicadeza y extrajo de ella un Gyoza de su tienda favorita, la que siempre visitaban cuando aún vivían con sus padres, años atrás. Cogió su pequeño regalo con las manos y comenzó a comérselo totalmente recuperado y animado. Su pequeño regalo de cada año. Su pequeño contacto con Yuto. Una vez hubo acabado, se levantó para apagar las luces y sin más se echo en la cama de lado; cerró los ojos sonriendo –Como siempre… Gracias~

A la mañana siguiente oyó unos pequeños golpes en la puerta que le hicieron saltar de la cama. Miró confuso a su alrededor, medio metido todavía en el mundo de los sueños y se frotó los ojos para poder abrirlos, mirando después su móvil que se encontraba encima de la mesa. Miro la hora y tras  unos segundos, la asimiló y pegó un pequeño salto de la cama. Se desvistió y vistió a velocidad luz y bajó superando a ésta las escaleras hasta llegar a la cocina, donde desayunaba Yuto tranquilamente. Sonrió, contento aún por su pequeño regalo del día anterior y se acercó paseando a la mesa para sentarse y tomar una de las tostadas.

-Gracias por despertarme Yuto. Casi vuelvo a llegar tarde esta vez – mordió un trozo de la tostada, a la vez que esperaba impacientemente que el mayor dejara de beber por un momento y le diera su respuesta que, al no llegar, hacía que se molestara en cierta medida. – ¿Sabes? Tengo examen de matemáticas hoy. Ayer todos parecían preocupados, pero yo creo que son unos exagerados…Tampoco es para tanto ¿ne? Quizás es que yo soy demasiado listo~ - rió un poco mirándole todavía esperando una respuesta que no llegaba nunca, lo cual supuso en el momento en el que vio como se levantaba y dejaba la taza en el banco. Se sintió frustrado y como si le hubieran golpeado de nuevo con un trozo macizo de hielo en el estómago, pero mantuvo su sonrisa viva y disimuló como ya tenía aprendido. Observó como el mayor se dirigía al comedor y recogía un par de cosas entre las cuales se encontraba su mochila, su chaqueta y una bolsa donde llevaba todo lo necesario para ir a trabajar cuando terminaran las clases. Chinen miró a la mesa suspirando. Sentía la resignación y la decepción viajar de un lado a otro de su cuerpo hasta culminar en un extraño tacto cálido en su cabeza. Giró rápidamente la cabeza y miró fijamente el brazo de Yuto y como este acaba con la mano posicionada en la cabeza del menor.

-Ten cuidado, los exámenes de matemáticas son traicioneros. – dejó salir una pequeña sonrisa, que en contadas ocasiones Chinen tenía la ocasión de ver, y que iría directa a parar al rincón de su memoria donde guardaba todos aquellos pequeños pero agradables gestos. Se limitó a sonreír ampliamente y a asentir con la cabeza. Muy a pesar de todo lo pesado e insistente que pudiera ser para llamar la atención del grande, cuando se lo proponía, y le pillaba por sorpresa, podía dejarlo totalmente desarmado y descolocado en dos segundos; haciéndole sentir después idiota, por no haber aprovechado del todo esos momentos.


Oyó la puerta abrirse mientras apartaba uno de los auriculares de su oreja y dirigió en un gesto suave la mirada hacia allí. Sonrió interiormente. Ya había vuelto a casa, lo cuál lo tranquilizaba. De nuevo acompañado por su amigo.

Supuso que se quedaría a comer por ser el día indicado, de modo que había preparado la comida suficiente a conciencia. Saludó, compartió un par de palabras con los presentes y subió a su cuarto decidido a dejarles disfrutar de la estancia.

Subió despacio terminando de arreglar su reproductor y entró a su cuarto dirigiéndose a su escritorio directamente. Se sentó sobre la silla y dejando el mp3 a un lado, alcanzó con la mano una pequeña cajita que tenía cerca y la observó sonriente. La miró con interés pensando y recapacitando sobre el mejor momento para posicionarla en su lugar de cada año. No era gran cosa. Una cajita con comida dentro. Sin embargo era de las pocas cosas que le hacían sentir seguro a la hora de pensar en tener que regalarle. Además con la técnica utilizada, evitaba la incomodidad de la situación que podría darse si tuviera que obsequiarlo en persona. Tampoco había escuchado una queja en los últimos 3 años de convivencia, cosa que le tranquilizaba.

Se levantó y rodó por la habitación paseando, cogido de la mano de la idea de acercarse en un rápido desliz a su cuarto y dejarlo sin ser visto, pero terminó desechando la misma en el momento en el que lo oyó subir escaleras arriba con rapidez. Ya la dejaría más tarde.

Del mismo modo los oyó salir y después de pensarlo un poco, recogió un par de cosas y salió también de su cuarto, siempre atento de estar a solas, para ocuparse de dejar todo en su sitio. Hizo la cena, la dejó en su lugar, habiendo salido antes a comprar todo lo indispensable, y preparó todo lo necesario para ir a trabajar. Se había tomado el horario nocturno con el mismo propósito que lo hacía todos los años, y por tanto, tendría que salir antes de que el menor llegara de vuelta a casa. En cuanto a tener todo el día libre y poder preparar lo que se le antojara, era una buena idea y en cuando a pasar, aún de modo distante, un poco más de tiempo con él, también. Por contra, sabía que no le haría gracia la idea de cenar a solas el día de su cumpleaños una vez más y que tener que madrugar al día siguiente tampoco era agradable de pensar, pero después de todo, si hasta ahora no había oído una queja o había recibido la cajita de vuelta, tampoco había porqué cambiar las cosas; así estaba bien.

Llegaban sus últimos 10 minutos; tenía que darse prisa. Tapó la cena y se encargó de dejar el regalo sobre su cama, echando ya de paso un rápido vistazo a su habitación. Todo tan ordenado como siempre. Salió casi corriendo, cogió la chaqueta y un poco de café preparado para soportar las arduas horas que le esperaban y se dirigió al almacén del restaurante. Los turnos de noche eran los peores pero, con un poco de café y optimismo, todo podía llevarse a cabo.


Como cada día por la mañana, Chinen volvía a dormirse. De modo que una vez estuvo preparado el desayuno subió a su cuarto a recoger la bolsa del trabajo, dando un par de golpes en su puerta al pasar por enfrente de esta.

Una vez consiguió coger de su cuarto lo que buscaba, pasó de nuevo por delante, parando unos segundos para intentar escuchar algún  movimiento que indicase que el menor se había dado cuenta de la hora que era y, una vez satisfecho, bajo hasta la cocina y comenzó a tomar su desayuno.

Poco tiempo después sintió grandes pisadas descender la escalera a toda prisa y tan sólo unos segundos después el menor ya se encontraba enfrente suya con media tostada en la boca e intentando mantener una conversación precipitadamente. Resultaba gracioso, siempre lo hacía igual.


-Eh, Yuto, buenos días. – Asomó la cabeza por el costado una sonriente cara que al momento se incorporó y se puso a caminar a su lado.

-Bueno días, Inoo – sonrió estirándose y ocultando un bostezo tras su mano

-¿Cómo fue ayer? Turno de noche, ¿no es cierto? – Rió dándole en el hombro y mirando al frente para evitar tropiezos.

-¿Eh? ¿Tanto se me ven las ojeras? –Se llevó las manos a la parte inferior de sus ojos para palparla mientras dejaba escapar una risita

Inoo de limitó a reír y mirarle con picaría – Aparte, ayer fue el cumpleaños de Chinen, ¿no?

-Ah… -entendió de inmediato por donde iban los tiros- Ajá –asintió –aunque esta vez tampoco llegué a hacer gran cosa, ni siquiera cenó.

-Mmh, ¿se enfadó? Tampoco me extraña, eres de lo más raro –hizo una mueca con la boca en una muestra burlona.

-No lo sé… No lo había pensado pero espero que no –frunció un poco el ceño rascándose la nuca hasta caer en la cuenta de su última frase – ¡Eh! ¿A que viene lo de raro? Ni que tú fueses es chico más normal del mundo… Tendrías que empezar por amueblar esa cabecita que tienes.

Inoo volvió a reír dándole en la frente con un par de dedos y viendo que su amigo respondía del mismo modo a la broma continuó andando – Igual creo que no estaría de más tratarle con un poco más de cercanía ne, después de todo es tu hermanito al que tanto adoras -intentó jugar con él siguiendo con las bromas pero pronto se vio acallado por una mano que se posó en su boca aprisionándola sin saber si quiera de donde, cómo y cuando había llegado hasta allí.

-¡Sssh! – observó como su amigo miraba a su alrededor y luego le soltaba despacio dejando escapar un suspiro – sabes perfectamente que no puedo hacer eso… No es bueno que él sepa nada de mis sentimientos.

-¿De nuevo con lo mismo? – Esta vez miró a su amigo con algo de preocupación – Cuando tu tía te dijo aquello erais unos críos… Lo más probable es que pensara que estabas confundido.

-Sí, ya lo sé… Lo hemos hablado demasiadas veces –suspiró negando con la cabeza- eso no quita el hecho de que tenía razón en cuando a que podía asustarle… De hecho aún podría hacerlo, es mejor que mantenga la distancia y no irrumpa en su vida. Tal cual la tiene ahora parece feliz. Con eso me conformo

-Hi-pó-cri-ta~ ¿Como que te conformas? Si vives encantado desde que apareció en tu puerta y te rogó que le dejases vivir contigo.

Rió un poco dirigiendo la mirada hacia varios lugares –Cállate Inoo.

-Aprendiste a cocinar, aprendiste a limpiar, hacer la compra, lavar… Te convertiste en Yuto, “el hermano mayor perfecto”.

No tardó mucho en recibir un pequeño golpe por parte de su amigo que ya no sabía como hacerle callar.

-Te he dicho que basta ya… Además, vivía solo, todo eso debía de aprenderlo igual – Intentó disimular, restándole importancia.

Su compañero rió esbozando una pequeña queja al sentir el empujón que le hizo balancearse hacia un lado y negando con la cabeza después.

-Chico orgulloso… Aún así pienso que no estaría de más ser un poco más amable, más sincero… Y no ocultarle tu forma de ser, en casa o en clase pareces personas distintas y si después de todo ya no sientes ’’eso’’  no hay nada de malo ¿no?

-Mira, allá va Dai, vamos con él - giró la vista un segundo divisando a lo lejos a otro compañero y estiró del mayor sin intención alguna de responder.



Andaba tranquilamente por la calle observando como siempre de lejos a Yuto. Preguntándose y preguntándose a qué venía ese cambio de humor extraño que le invadía cuando él se acercaba. Si no le odiaba… ¿Qué es lo que pasaba? No había forma humana de encontrarle explicación, pero era un tema que de veras le hacía enfadarse y llegar a la frustración en los días en los que no se levantaba con el pie correcto. ¿Es que no se daba cuenta de que podía verle jugar y reír tan felizmente con sus amigos y cambiar de personalidad al pasar el umbral de la puerta de casa?

Suspiró. En realidad, tampoco entendía por qué darle tantas vueltas. Al fin y al cabo, hacía tiempo que se había resignado. Pero aún así…

-Ey, zombi, que te estoy hablando a ti, ¿podrías hacer una excepción y no ignorarme hoy? –sintió la mano de alguien chocar con el lateral de su cabeza y se giró torciendo el labio molesto –No me pongas esa cara… ¿No le ves bastante cada día que también tienes que estar pendiente cada mañana?

Decidió medio ignorar sus absurdos comentarios sin lógica y agitar la cabeza frotándose la zona afectada -Déjame Ryutaro, no te estoy ignorando, además, no miraba a Yuto.


-¿Quién ha dicho que te hablara de Yuto? -paró en seco un momento y giró para mirarle dedicándole una mirada fulminadora, mientras el menor de ambos dibujaba una sonrisa de satisfacción en su cara. –Tú solo te delatas, a mi no me culpes~

Si alguien se pregunta; ¿Porque habrá subido un NakaChii ahora? ¿Es un one-shot, un serial? ¿Qué es y por qué? xD Siento decir que no hay respuesta... Quería continuar pero no sé cómo ;_; Así que por ahora aquí esta una primera parte, que no sé si podría ser llamada capitulo u-u pero bueno, espero ponerme este finde con lo que tengo abandonado ne~ bye~~  

Continuación

30 de noviembre de 2011

Mi vida sin ti.... Cap.15

Por fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin sí lo se, por fiiiin ;________; perdón pero no sabeis lo que son mis exámenes, dios mío, cada vez son peores ;_______; amo las asignaturas que doy y amo historia del arte pero peeeero U_____U es matador.
Pero ayer acabé, tuve mi tarde de descanso y hoy mismo he acabado el inodai y he empezado el siguiente capitulo. Acabará no muy lejos en el tiempo de modo que intentaré ir adelantándome a las publicaciones e ir haciendo para no hacer esperar tanto al blog ;________; nuestro bloggecito precioso amoroso que tanto quiero y no cuido sniff -se va a llorar a un rincón(?)-
Bueno, no importa >_____< aquí estoy con el principio de el desvelo del secreto de Mika. Tachaaan! ò...o 
Ya, ya se que no es interesante para la mayoría peeero xD Si a alguien le interesa, aquí empezamos. Parte One~  jeje 

A todo esto, quiero dedicarle este capi a una ..no a 2 personas, y por supuesto a tooooodas aquellas que siempre nos apoyan, visitando aún cuando no actualizamos ;_; (por favor no os sintáis olvidad@s por que no pongamos vuestros nombres directamente, mi memoria unido a mis continuos lapsus me hace ser un desastre u_u Pero sabemos que pasáis, el marcador de visitas precioso nos lo confirma♥) Bueno como iba diciendo.
Quiero dedicarle este capi a Chinen, cuyo cumpleaños is TODAY! ♥ OMEDETTO!!! Te queremos~ 
Y a nuestra últimamente malita y no de muy buen humor Komaki. Que por alguna razón no se cura...Y como no se hacer nada más, desde aquí también deseo que se ponga bien pronto.
Deseadlo conmigo >o<

Bueno, hontoni arigatou a todoos! Chu~ 
Ushi♥~



Capitulo 15: Todo lo que desconocía



Nada. No dijo nada. Se quedó completamente callado y se marchó de allí sin responder a mi pregunta…Dime Mika… ¿Quién es él? ¿Por qué te conoce? Y… ¿Qué sabe de mí?

No entendía nada y tampoco sabía si lo quería entender. Todo daba vueltas, mi cabeza parecía plomo y mi vista cada vez estaba más nublada.

Me levante con las pocas fuerzas que me quedaban, arrastrando mis pies por allí por donde pasaba y sujetando mi hombro como si se me fuera a salir del sitio si dejaba de hacerlo. Me dolía el cuerpo entero y no sabía a penas por donde andaba. Mi mente había dejado de procesar la información, solo quería llegar a casa, andando, si así se le podía llamar, por calles que me sonaban. Buscando lugares que medianamente mis ojos reconocieran para encontrar el camino a casa. Y llegué. Aún no recuerdo cómo pero allí llegué. Recuerdo estar tumbado en el sofá. Recuerdo el sabor agridulce de la sangre proveniente de mi labio inferior y un dolor insoportable que no me dejaba de asolar a mi hombro. El estómago me ardía y la cabeza parecía quererme explotar. Todo me daba igual, solo quería dormir, olvidar, dejar de pensar…Desaparecer…

Sin embargo nada iba a quedar así. Quería una explicación y sin duda la iba a obtener. Como mucho tardar, al día siguiente.

-Arioka Daiki….- puse mi antebrazo sobre mis ojos con cuidado - vas a tener que rendir cuentas conmigo…

Cuando desperté, me dolía toda la cara y el brazo izquierdo. Sabía lo que había pasado aunque no podía recordar las escenas vividas detalladamente. O quizás si…la última.

Me duché y limpié algunas de las heridas más llamativas con algún que otro desinfectante que quedaba guardado en los cajones. Tapé un par de ellas para que sanaran antes y terminé de vestirme, dispuesto a salir; a ir a buscarle.

Bajé lentamente las escaleras, sin ganas. Una parte de mi cuerpo quería encerrarse en mi cuarto y no salir a la calle nunca más pero otra, en cambio, quería una explicación. La necesitaba. Por una vez, mi mente y mi corazón estaban de acuerdo en algo.

Una vez abajo, alcancé con la mano sana la chaqueta y las llaves y me dirigí a la puerta para abrirla. Un par de pasos más y mi mano estaba en el pomo de la puerta.

Sabía lo que me esperaba fuera, sabía que dolería, pero esta vez había algo que había cambiado en mí… Nunca, nunca más volvería a ser un cobarde. - Los cobardes…son demasiado fáciles de engañar… - sonreí de medio lado, con ironía y amargura y giré por fin el pomo para abrir. Y allí estaba.

Por alguna razón no me sorprendía encontrarle allí delante, justo en frente de mí, serio, tranquilo. Todos aquellos rasgos que le caracterizaban. Ande despacio hacia él, como si mi pretensión fuera la de ignorarle. Y él, por su parte, también en su rol, esperaba callado a que yo llegase. Pasé por su lado y paré unos segundos para hablarle.

-Aquí no – secamente y sin ganas dejé que el aire de mis pulmones llegara hasta mi boca y saliera por ella reproduciendo esas palabras, para luego ponerme a andar hacia donde ambos intuíamos.

Ni siquiera mostró un indicio de sus pensamientos. No abrió la boca. Me seguía en silencio, como si las palabras fueran a traicionarle en cualquier momento. Yo andaba sumido en mis pensamientos, dejando que mi cuerpo, casi por inercia, me condujera a aquel lugar al que quería llegar. Un camino que mis piernas sabían de memoria y que al parecer, no era él único a quien le resultaba especial.

Llegamos por fin a aquel viejo puente que por aquellas fechas ya dejaba ver los indicios de la estación que entraba; los árboles estaban mudando y el suelo, repleto de hojas secas, poco a poco era barrido por el viento que ya anunciaba la llegada de la primavera. Paré en seco y apoyé mis antebrazos en el límite del puente, cruzados, mirando hacia donde las hojas bailaban en un compás nostálgico, al menos a mí perecer. Suspiré.

-Ahora, si quieres hablar, es el momento en que te voy a escuchar. Cuando termines será mi turno. No aceptaré una pregunta sin respuesta. - giré la vista para mirarle seriamente a los ojos – No sé quién eres, no sé por qué sabes quién es Mika ni por qué reconoces de algún modo este lugar…Pero desde luego vas a decírmelo, ¿verdad? – dejé que una sonrisa irónica invadiera mi rostro esperando una respuesta, pero apenas pude sostener aquel frío gesto. Tanto por el dolor que me producía la aún reciente herida en el labio inferior, como por las pocas ganas de dejar que me dominara la ironía que tenía.

Daiki no respondió. Se limitó a acercarse hacia donde estaba y apoyarse de espaldas junto a mí, descansando los codos cerca de donde se apoyaban mis brazos. Esperé mientras veía en sus oscuros ojos como pasaban las ideas, los pensamientos, los recuerdos…Entonces comenzó a hablar:

-Mika fue…mi compañero de clase…y mi mejor amigo…

Aquello me dejó de piedra. ‘‘¿Mejor amigo?’’ No lo entendía…Mejor amigo implica un tipo de relación muy cercana. Demasiado cercana para lo que yo pretendía escuchar. Sabía que guardaban alguna secreta e incógnita vida que sólo ellos habían conocido, pero desde luego nunca pensé que Mika, MI Mika, tuviera otro…mejor amigo.
Algo se me atragantó en la garganta. No era mi propiedad. Ya lo sabía. Sin embargo, aquello no me gustaba nada… Era aquella sensación de quedarse fuera, de acabar de descubrir un mundo al que no perteneces y al que nunca más podrás acceder. Y lo peor de todo es que ese mundo era el mundo de Mika, el de mi mejor amigo, mi único amigo…Tenía un mundo a parte a mi… ¿Por qué?

Quería acribillarle a preguntas y no parar hasta quedarme satisfecho pero cerré los ojos, suspirando levemente. Relajé los hombros y le dejé seguir. Todo aquello, no hacía más que empezar.

-Fue mi mejor amigo sin embargo…Yo nunca fui el suyo~ - Giré la vista para mirarle abriendo un poco los ojos con sorpresa. Cada vez entendía menos. Pude ver como dirigía la mirada hacia mí de reojo, dejando escapar una sonrisa frívola. Falsa. – Cómo nos conocimos, cuándo y por qué son datos sin importancia y que… - Volteó para quedarse a mi lado, mirando hacia el inmenso espacio que se abría ante nosotros bajo el puente – no son de tu incumbencia.

Eso me molestó en cierto modo pero no rechisté. Sabía perfectamente como se sentía. Sabía lo que significaba querer proteger lo que es tuyo y de nadie más, tus recuerdos. Lo poco que te queda de alguien. Esos ‘‘datos sin importancia’’ que son sólo tuyos y suyos, y de nadie más y que, por tanto, no estás dispuesto a compartir. Solo esperé.

Me miró a la expectativa de alguna muestra expresiva por mi parte, pero a los pocos segundos comprendió, y continuó.

-Pasé – Dudó – se podría decir que una larga temporada con él. Y fue divertido – Se quedó en silenció – Una vez hasta llegué a pensar que le conocía –Entonces le oí reír un poco. Casi para sí mismo. – Que ingenuo

De nuevo un incómodo silencio. Pensé que estaría recapacitando cómo decir las cosas. Pensé que no tardaría en volver a hablar, pero los segundos pasaban y  yo empezaba a impacientarme así que giré la cabeza dispuesto a pedir explicaciones de una vez cuando me di cuenta de que una discreta y pequeña lágrima descansaba sobre su mejilla. No lo entendí. Su rostro no estaba triste, no era nostálgico… Ni si quiera parecía que estuviera llorando, como si por propia voluntad aquella lágrima hubiese querido huir desde sus ojos y explorar la tersa piel de su mejilla a traición.

-Es ahora, seis años después cuando verdaderamente le conozco… Después de seis años buscando una explicación…Después de seis años intentando comprender que tenía aquella persona especial para él que no tuviera yo…Seis años… - dirigió hacia mí una mirada furtiva – intentando encontrar al responsable de su muerte….Hasta que lo encontré…. Inoo Kei.


              Siguiente capitulo

           




2.12.2011 


~♥Te quiero, Hikaru♥~ 

13 de noviembre de 2011

Miss you [TamaYama]


Este es un fic de Sandra-chan :3 absolutamente todo le pertenece a ella.
Muchas gracias Sandra-chan :3 <3
Por favor, comentad para que Sandra-chan escriba más~!


Título:Miss You
Autora: Sandra-chan
Pareja: Tamamori Yuta x Ryosuke Yamada
Extensión:one-shot





MISS YOU


No era la primera vez que lo veía pero, por alguna razón, estaba más nervioso que nunca. Desde que Kis-My-Ft2 debutó, Ryosuke no había vuelto a ver a Tamamori y muchas dudas le vinieron a la cabeza. ¿Sería Tamamori el mismo chico tímido que conocía? ¿Se le habría subido la fama del debut a la cabeza? Ryosuke tenía miedo de aquello, porque la verdad era que siempre había estado enamorado del tímido y amable Tamamori Yuta, desde que lo conoció por primera vez durante los ensayos de un Shounen Club. Ahora, siete años después de aquel día, muchas cosas habían cambiado. Él mismo había conseguido debutar junto a sus amigos formando Hey! Say! JUMP y ahora era el turno de Tamamori. Esa mañana su manager les avisó de que Hey! Say! JUMP haría una aparición especial en el concierto debut de Kis-My-Ft2. Durante sus días como junior, Ryosuke podía ver a Tamamori casi todos los días, ya que compartían escenario durante los Shounen Club y otros programas. Pero desde que Hey! Say! JUMP debutó, casi no había tenido la oportunidad de verlo. Pero aquel día se encontrarían de nuevo, por fin. Aquello hacía que el corazón de Ryosuke quisiera salirsele del pecho pero, por otra parte, tenía miedo de que su relación hubiese cambiado. En realidad, Tamamori no sabía lo que sentía por él, nadie lo sabía. Aquellos sentimientos eran algo que Ryosuke se guardaba para sí mismo, como un valioso tesoro.

- ¿Estás listo? - le preguntó Chinen interrumpiendo sus pensamientos - En cinco minutos salimos.

El muchacho salió por la puerta del camerino y Ryosuke, tras mirarse por última vez en el espejo, salió detrás suya. Los demás JUMP ya estaban listos, esperando junto a la puerta que llevaba al gran escenario del Tokyo Dome, donde Kis-My-Ft2 estaba actuando. Ryosuke estaba nerviosismo, hacía mucho tiempo desde la última vez que se había sentido así antes de salir a un escenario. Cuando se quiso dar cuenta, escuchó al líder de los Kisumai anunciar su aparición y vio a sus compañeros salir uno a uno por la puerta. Respiró hondo, se dedicó a si mismo unas palabras tranquilizadoras y salió, el último, por la puerta. Entre los grandes focos de luz, el gran estruendo que produjeron las fans al verlos y la música que sonaba de fondo, Ryosuke no pudo ver ni oír nada más. Siguió a sus compañeros en fila mientras saludaban a sus anfitriones dándoles la mano o, en algunos casos, un abrazo. El muchacho pasó por cada uno de los Kisumai estrechándoles la mano. En realidad no veía sus caras, no sentía el tacto de sus manos. Estaba tan aturdido por los nervios que simplemente seguía hacia delante, sin darse cuenta. Cuando le estaba estrechando la mano a Fujigaya, se dio cuenta de que solamente le quedaba un miembro al que saludar: Tamamori. De repente levantó la mirada y vio a Daiki hablando tranquilamente con él, estrechándole la mano amistosamente. A su vez, Fujigaya le estaba hablando a él, pero no lo estaba escuchando. Estaba absorto en la sonrisa de Tamamori, en sus ojos, en su cara... Si no fuera porque se había tintado el pelo de negro, nada había cambiado, esa era la mágica sonrisa que lo había cautivado desde la primera vez que lo vio. Allí estaba él, el chico que le había vuelto loco desde hacía tanto tiempo, a tan solo unos pasos. Pero algo horrible ocurrió a continuación. Ryosuke vio como Daiki se apartaba de Tamamori para ponerse junto a los demás JUMP y eso significaba que era su turno para saludarlo. Pero los nervios lo atacaban, podían con él y su cuerpo se movió antes de que pudiese darse cuenta. De repente bajó la mirada al suelo, pasó por al lado de Tamamori sin pararse a saludarlo y se colocó entre Takaki y Yabu queriendo desaparecer. Ryosuke tenía los puños apretados, el corazón le latía a mil por hora y se repetía una y otra vez a sí mismo: “¡Idiota, eres un idiota!”. Nadie se dio cuenta de lo ocurrido, ya que el show continuó. Kitayama comenzó a hablar con el público, explicando porqué estaban hoy allí y anunciando la canción que iban a cantar. Mientras el líder hablaba, Ryosuke miró disimuladamente a Tamamori y, para su sorpresa, el chico ya no sonreía, estaba serio y cabizbajo. ¿Se habría enfadado por el gesto de Ryosuke? “Seguramente”, pensó él y se maldijo una y otra vez. Ryosuke estaba tan concentrado en sus propios pensamientos que no siguió escuchando lo que decía Kitayama, pero se dio cuenta de que tenía que moverse cuando los Kisumai bajaron del escenario y sus compañeros JUMP se colocaron en sus posiciones. Seguramente aquella fue la peor actuación de su vida: la voz le temblaba y se olvidó de algunos pasos. Cuando por fin terminaron, Ryosuke no esperó para despedir a las fans con los demás JUMP, bajó directamente del escenario y se metió por los pasillos del backstage. Estaba cansado, sudado, confundido, avergonzado... lo único que quería era darse una rápida ducha y meterse en la furgoneta de los Hey! Say! JUMP para irse lo más rápido posible a casa. Pero, ¿donde demonios estaban las duchas de los invitados? Ryosuke había estado muchas veces en el Tokyo Dome, pero solamente recordaba donde estaban las duchas que usaban ellos mismos cuando estaban de gira. Caminó y caminó rápidamente por el backstage del Dome hasta que llegó a aquellas duchas. “¡Qué más dará!” se dijo y abrió la puerta de golpe. Pero el destino quiso hacerle una jugarreta, ya que aquellas duchas no estaban vacías. Allí estaba él, Tamamori, de pie justo enfrente suya. Solamente llevaba unos pantalones vaqueros puestos, solo eso. Tenía el pelo mojado, seguramente acababa de darse una ducha, ya que se lo estaba secando con una toalla blanca. Pero cuando Ryosuke irrumpió en las duchas, el muchacho se quedó quieto mirándolo fijamente. Ryosuke también estaba paralizado, contemplando la maravillosa escena que tenía delante de sus ojos. Tamamori, el chico de su vida, el amor de su vida estaba delante de sus narices descamisado y con el pelo mojado y revuelto. No podía dejar de mirarlo de arriba a abajo, era precioso, mucho más de lo que hubiera imaginado en cualquiera de sus sueños. Pero de repente el muchacho sintió una presión en los pantalones que le hizo recobrar el sentido, no debería estar allí, no debería sentir lo que sentía. Rápidamente y más avergonzado que nunca, Ryosuke se dio la vuelta y salió de las duchas sin decir nada. El otro muchacho reaccionó enseguida: tiró la toalla que tenía en la mano y salió corriendo detrás de él.

- ¡Espera! - gritó - ¡Yamada, espera!

Ryosuke escuchó como lo llamaba a sus espaldas, pero no quiso detenerse, no quería que Tamamori lo viese así. “Me odiará después de esto” pensaba una y otra vez.

- ¡Para! - gritaba Tamamori detrás suya - ¡Yamada, por favor!

Y entonces lo alcanzó y lo agarró por el brazo para detenerlo. Ryosuke no se dio la vuelta para mirarlo, pero tampoco siguió huyendo. Se quedó quieto, con el corazón a mil y la presión entre las piernas que no desaparecía.

- ¿Por qué llevas todo el día ignorándome? - preguntó el otro sin rodeos - ¿Ne?

Justo en ese momento se oyeron unos pasos y unas voces por el pasillo. Tamamori agarró suavemente a Yamada y lo condujo hacia el aseo que tenían al lado. El menor se dejó arrastrar hasta dentro de uno de los retretes individuales. Tamamori cerró la puerta de golpe y apoyó a Yamada sobre esta. Se quedaron quietos durante un rato, hasta que oyeron pasar a algunos miembros del staff por delante del aseo. Ryosuke ya no podía más con sus nervios. Tenía al chico que siempre había querido más cerca de lo que nunca lo había tenido. Podía oler su aroma, podía sentir su tacto, y aquello no ayudaba para nada a mejorar la situación.

- Ahora dime - le dijo Tamamori mirándolo a los ojos - ¿Qué te pasa conmigo? ¿Qué he hecho?

- Nada - consiguió decir Ryosuke con voz ronca - Nada...

- Venga ya - dijo el mayor riendo - Te conozco y se como eres, algo te pasa.

Al escuchar aquello, todos los sentimientos que había acumulado durante todo el día estallaron. Miró por primera vez a Tamamori a los ojos, lo agarró por el brazo por el que lo estaba sujetando y lo estampó contra la pared de enfrente.

- ¡Tú no sabes nada! - gritó - ¡No tienes ni idea!

Nada más hacer lo que hizo y decir lo que dijo, Ryosuke se arrepintió. ¿Pero que mierda hacía? ¿Qué forma era esa de arreglar la situación? Tamamori lo miraba confundido, pero no enfadado, desde la pared de enfrente. “Ya no hay vuelta atrás” se dijo.

- Llevo años esperando este momento - escupió - Quería verte... solo... quería verte.

La cara de Tamamori pasó de la confusión a la sorpresa y entonces supo que debía callarse, que ya había hehco suficiente. Antes de que pudiera contestarle cualquier barbaridad que no quería oír, Ryosuke abrió la puerta del retrete y salió hacia el aseo. Pero antes de salir por la puerta, Tamamori lo había vuelto a agarrar suavemente del brazo para detenerlo. Ryosuke sabía muy bien lo que venía a continuación y, antes de que lo oyese de la boca de su amado, se dio la vuelta y habló él:

- Sé lo que estas pensando - dijo - Sé que no eres gay. Sé que no sientes eso por mí. Sé que he hecho el ridículo más grande de mi vida. Pero no tenemos porqué volver a hablar del tema nunca más. No tenemos que volver a...

- Baka... - dijo Tamamori sonriendo interrumpiéndolo.

Y entonces lo agarró suavemente con los dedos por la barbilla para que lo mirase a los ojos y le besó dulcemente en los labios. Al separase de nuevo, vio la cara sorprendida de Ryosuke y sonrió.

- Yo también quería verte - le dijo - Durante siete años he esperado el momento de volver a verte.

Antes de que se diese cuenta, Ryosuke estaba besando y abrazando fuertemente a Tamamori. Aquellas palabras eran las que siempre había oído en sus sueños y ahora por fin podía oírlas de verdad. ¿Era aquello un sueño? Si lo era, no quería que acabase jamás. Era perfecto, todo lo era. Podía sentir el calor de Tamamori bajo sus brazos, podía sentir la suavidad de sus caricias, la dulzura de sus besos. Y, antes de que el sueño acabase, tenía que pronunciar las palabras que tantas veces había pronunciado en sus sueños:

- Te quiero, Yuta.

- Yo también te quiero, Ryosuke.



FIN 

Sandra-chan ^^

11 de noviembre de 2011

~Premio~♥ y ~[editada ._.]

sadsadasdas ~gracias ;O; por el  premio, nos ilusiona, y sentimos no haber podido
1-publicar fics antes.
2-publicar la entrada antes D: 



Reglas a seguir:
1º Di quien te dio el premio:
ahdasgdasgda gracias >//< os queremos :/3

2º Otorgalo a 6 blogs que te gusten y enlazalos

Mika nee-chan
Daicita~ 
3º Decir 4 cosas que te gusten y 4 que no

Ushio
-los tigres
-Hikaru
-ne-chan
-Los Alfajores


Haine 
-HSJ en general ♥y Chinen en particular ♥
-El arroz (sobre todo la paella) y los anisitos 
-La vida 
-Escribir, leer y dibujar(lo junto todo porque no puedo elegir)

No me gustan 

-La hipocresía 
-Los bichos
-Las napolitanas de chocolate del mercadona
-el estrés

-Quedarme sin batería en el móvil

-Las faltas de ortografía muy exageradas (porque últimamente me he vuelto muy "exagerada"(?) con eso y me duelen los ojos con algunas, pero algunas MUY MUY MUY exageradas D: por eso quiero corregir todos los fics anteriores, no me quiero imaginar la clase de cosas que pondría ._.)


-perder los fics entre todo lo que hay en el pc
-No poder conseguir lo que me propongo






Editada~: El viernes tuvimos que hacer la entrada deprisa y corriendo porque cada una se tenía que ir a un lugar para luego el sábado quedarnos en otro y por lo tanto no pudimos poner nada más ._. El caso es que, nos disculpamos por no haber subido nada, pero esta semana Ushio a estado de muchos exámenes, y yo a penas he estado, me fui a la capital etc~ ._. y no dio tiempo... avancé un poco en el camino a Madrid, pero comencé a marearme por todo el revuelo que había y demás y no pude escribir más~ u.u 

24 de octubre de 2011

Lectores, lectoras, blog(?)...Mis disculpas

Konichii~~ >.<
Bueno etto, ¿que tal?...Espero que bien u.u
Vale, he empezado de forma patética para variar x3 Bueno no importa, forma parte de mi personalidad no saber expresarme, que se lo digan a mis amigas, que las tengo martirizadas xD
En realidad, me pasa sobretodo cuando tengo demasiadas cosas que decir, porque mi cabezita  (que como habréis supuesto no es gran cosa) se satura rápidamente y a esto se le añade mi famosa perdida de memoria o abundancia de lapsus. Es decir, o desordeno las ideas de mi cabeza o bien simplemente las olvido u.u sin más. Es una realidad cruel, lo sé ù.u pero cierta...que le vamos a hacer, aprendí a vivir con ello.
Ya me he ido u______u en realidad, quería escribir esto para las personas que como Sandra (si tu, preciada y amorosa y amada seguidora del blog que me llena de vida con sus comentarios ;////; te queremooos *grita a los lejos*) bueno xD como iba diciendo, para las personas que como ella, todavía confían en nosotras para llevar este blog. 

Vereis, para empezar estoy atascada no, lo siguiente con los fics. Tengo dos serials en proceso y un one-shot a mitad pero cuando encuentro tiempo me huyen las ideas y cuando vienen las ideas huye el tiempo ;_; es un caos y me puede el estrés.
Yo  se que muchos pensareis ''yo también ando ocupad@ y no me quejo tanto'' lo sé lo sé ;_; si yo no me quejo, solo lloro xD

Prometo que cuando digo que me esforzaré lo hago >o< en cuento me pongo al teclado me estrujo la cabeza todo lo que puedo para poder hacer algo que pueda estar a la altura de este maravilloso y amado blog nuestro y de sus preciados lectores a los cuales amo♥ 

Y a eso venía todo este absurdo y abstracto discursito, quería disculparme ;_______; todas las entredas estas siendo publicadas por mi pobre ne-chan Haine que casi administra el blog sola...Así que amadla a ella también u.u (igual que yo♥ pero sshhh~~ eso que no se entere e.e' xD) Bueno dejando atrás mis problemas mentales.... Mis disculpas >____< Prometo que lo intento, estoy en ello, ¡¡estoy en ello!! No se cuanto tardaré, y ya reniego a las promesas ;_; pero lo haré y lo haré bien ò.o(?)

En cuanto esté uno solo acabado lo subo hasta de colores >o< por ahora tengo que rezar para que vayan bien los exámenes, rezad conmigo(?)

Bah~ olvidad eso, solo faltaba x3 Bastante con que seáis tan buenas y maravillosas personas como para pasar por aquí de vez en cuando y dejar algún comentario o simplemente echar un ojo. De veras se os agradece. Yo os lo agradezco de corazón porque adoro de corazón este blog, los amigos que he hecho gracias a el y a las personas que nos visitan, porque son una parte fundamental de mi vida ò.o

Creo que os voy a dejar ya en paz ne? Será lo mejor xD Iré a estudiar Geografía antes de arrepentirme de no haberlo hecho antes...será lo mejor
Un saludo enorme a todo ne~ 

Ah si Sandra, sandrita~~ Una idea genial la tuya, eres de gran ayuda♥ Thanks~

Os dejo un poco de amor del que me encanta e.e



Bye♥bye  >.<

Ushi~~  

14 de octubre de 2011

Be alive~ [NakaChii/YamaJima(?) one-shot]



Autora:Haine~
OTP: NakaChii/ YamaJima(?) 
Extensión:Oneshot, tal vez tenga continuación



-Este fic va dedicado a Sandra-chan *____* muchas gracias ;///; nos hizo super feliz tu comentario... y aunque en este fic no sale mucho Yama-chan ;//; en la continuación si y eso >//< no sabía otra manera de agradecerte :3 espero que veas la dedicación D: 

-Yabutaro de Yuridia en marcha- 

Ah~ -suspira- como el final es tan abierto y eso... pensé en una conti, que pienso hacer porque se lo he prometido, pero no sabre si subirla o qué... help me ._. >< si me dais un comentario os doy un....una tortilla *-----* una paella? sí, una paella de mi iai <3 sadsadasdas *hiperactiva* :3  

Gracias por leer




·BE ALIVE·




Las frías gotas de la lluvia en invierno no dejaban de golpear mi ventana, me taladraba la cabeza, aquel ruido que martirizaba mi conciencia, que me hacía querer romperla de un golpe... Quizás aquellas gotas... aquel sonido... solo era el reflejo de lo que estaba sintiendo...



 No tardaría en romperse.... no tardaría en romperse



Sonó el fuerte golpe que recibió el colchón cuando me tumbé en él, dejando caer todo mi peso, recibiendo un pequeño golpe en la cabeza con la madera que lo sostenía, cosa que hizo levantar mi torso para sentarme mientras revisaba que mi cabeza no sufriese un grave dolor tras el golpe, palpando con la yema de los dedos cada rincón de ella, incluyendo la nuca y haciendo presión con el dedo pulgar para verificarlo.

Pero no, no era la cabeza lo que dolía, lo que escocía en lo más profundo de mi ser, lo que me hacía sentirme un idiota, un traidor... era aquello...

Llevé la mano a mi pecho, y dolía... dolía como si hubiera sufrido un rechazo de alguien importante, como si algo importante se hiciera añicos, se rompiese... dolía.




Dolía, mientras las gotas continuaban golpeando el cristal de la ventana, ignorándome.





¿Por qué lo había hecho? Mi estómago se revolvía al recordarlo mientras que, por otra parte, mi corazón bombeaba más rápido, parecía que quisiera salirse del sitio.

¿Por qué lo había hecho?.. algo así no era normal en mí, nunca lo hubiera imaginado, entonces ¿tan fuerte era su mirada? ¿Tan fuerte eran esos carnosos, dulces y usados labios? Sí, lo eran.




Suspiré pesadamente, situando mi mano derecha sobre la frente para notar si tenía fiebre, y sí, mi temperatura era ligeramente más alta, pero en parte sabía que el hecho de recordar lo ocurrido hacía que fuese en aumento... y las gotas continuaban cayendo fuertemente sobre el cristal, como si quisiesen romperlo.



Había traicionado a mi pareja....a mi mejor amigo, a mi todo... ¿Cómo había sido capaz? Era tan ruin... pero a la vez tan placentero, tan dulce, tan... deseoso... que volvería a hacerlo tantas veces como me fuese posible.

Probar sus labios, su cuello, rozar su cabello, palpar  la extensión de sus brazos que cada vez tomaban más forma, todo eso producía un constante cosquilleo en mí, con tan solo recordarlo... y eso... eso sólo lo producía Chinen Yuri, la persona que siempre había deseado tener pero que era... el eternamente amigo, o eso pensaba.




Cerré los ojos, sintiendo de nuevo, por culpa de aquella incesante lluvia  esa escena mientras por mi cuerpo recorría un tremendo escalofrío, hasta que escuché la melodía de mi móvil.


-Joder... –suspiré pesadamente levantándome de la cama ágil y rápidamente para coger el móvil y observar el nombre que aparecía en medio de la pantalla:


Ryosuke Yamada



No lo cogí, no descolgué la llamada, no actúe, no me moví del sitio, no solté el móvil de la mano.... teniendo la esperanza de que dejaría de sonar, como la lluvia... pero no ocurría, la melodía no dejaba de sonar una tras otra vez, mezclándose en mi cabeza con los constantes golpes en la ventana; desesperándome, estregándome, incomodándome.... mientras recordaba su pelo negro tan natural como sus ojos, como el brillo que los caracterizaba, su sonrisa... ¿Por qué?


-Deja de sonar.... deja de sonar, deja de sonar.-notaba como se nublaba mi mirada, como sentía flaquear mis fuerzas, mientras aquella torturante mezcla de sonidos continuaba... no lo soportaba.... ya no más.




El móvil impactó violentamente el cristal empapado de la ventana, rompiendo en pedazos gran parte de éste.

Me acerqué al cristal, acariciando uno de los cristales, sintiendo como la sustancia roja, llamada sangre salía lentamente de la yema de su dedo corazón.




-Yo también te quiero....- murmuré suavemente recordando las palabras dichas hacía horas por los labios de Chinen.



"Yo.... te quiero yuto...."



~Fin~(?)


 Son las 0:55 *---* tengo gripe, aunque a nadie le interese xD y <3 tengo una gran falta de NakaChii ;//; porque nadie escribe, ¿porque? ;_;  Y no es lo mismo que lo haga yo, no tiene gracia leerlos ;_; adsbhdasdashdsavd jo ;----; si alguien sabe de NakaChii, avisadme D: (?) 

¿Que más? ah si >< espero que se haya entendido ._. noto como que es un poco lioso >_<